Elenita era una niña que la gustaba soplar el vidrio, pero
su padre no la dejaba porque decía que no era cosas de niñas y que podría quemarse.
Un día se vistió de chico y fue a Monterrey que era donde
estaban los mejores sopladores de vidrio y quiso saber si estaba a la altura de
ellos……
María García Jiménez, 10 años

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